top of page
Search
  • Writer's pictureGabriela Velazquez

Prefacio

Dicen que lo más difícil es empezar, así que heme aquí, haciendo lo más difícil; ya cumpliendo esto, será fácil. Al menos podré repetirme eso conforme vaya avanzando con este proyecto. ¿Dónde inició? Realmente no puedo ponerle una fecha exacta; o podríamos decir que todo inicio el día que nací, si es que pensamos que estas ganas que tengo de viajar vienen de un gen viajero con el que fui bendecida.


Pero creo que lo importante es definir qué es este proyecto, y es en esa pregunta donde mi mente ha dado vueltas y vueltas. Viajar ha sido mi pasión desde hace tiempo, no podría ponerle una fecha exacta de cuándo fue que descubrí que amaba viajar. Dicen que cuando era pequeña, me ofrecían ir a dar la vuelta en coche y yo sin importar a dónde fuera estaba más que puesta para la aventura. Y tal vez no hay una fecha porque soy una viajera nata.


Aún así, creo que el viaje que podría considerarse el primero fue a mis 13 años, cuando mis papás me mandaron a Estados Unidos a pasar el verano con amigos de ellos. A pesar de haber sido acompañada por personal de la aerolínea, para mi, ese viaje fue algo que hice sola; lo cuál me dió mucha confianza en mí para seguir viajando en el futuro.


De ahí, a los 16 años fui a visitar a mi mejor amiga a Canadá. Este fue el primer viaje donde no tenía que ir acompañada de un adulto a todos lados. Ella y yo viajábamos en metro, caminando, en autobús, a todos lados. Incluso fuimos a un concierto por nuestra cuenta. Algo que me causaba mucha impresión era que las personas se acercaban a mí para pedirme indicaciones, como si fuera local. Supongo que era evidente que me sentía como pez en el agua al caminar por las calles de Toronto. Supongo que ahí fue donde agarré más confianza y sabía que podía moverme fácilmente de manera independiente.


Cuando empecé la universidad me llamó la atención hacer un intercambio; de vivir en otro país y explorar lo que era vivir sola (es decir, vivir fuera de casa de mis papás).

Con el paso de los años, fui haciendo más viajes. Me llamaba la atención explorar lugares, conocer personas y averiguar más de la cultura. Era como si cada viaje alimentara más ese bichito viajero que había en mí. Cada nueva experiencia me generaba un anhelo por seguir descubriendo el mundo.


Finalmente un día, decidí agarrar mi mochila e ir a explorar Europa. Renuncié a mi trabajo y emprendí camino. Les seré honesta, no ahorré tanto dinero para este viaje; sin embargo no iba a dejar que eso me detuviera. Sabía que habría formas de hacer el viaje sin tanto dinero. Usé diferentes plataformas para hospedarme y comer sin gastar el poco dinero que llevaba. Encontré opciones baratas de transporte, incluso prefería caminar por horas para evitar usar el transporte público. En este viaje fue donde inicié mis relatos como Ana von Reisen, para compartir mis historias viajeras con mi familia y amigos.


Estuve fuera de México por 11 meses; aprendí y desaprendí muchas cosas. Fue un viaje muy retador que me hizo apreciara mi hogar. Mi regreso fue un tanto turbulento. Tuve que volverme a acostumbrar a una rutina; a regresar a un trabajo que pagara mis deudas, porque volví con muchas. Bajé un poco mi ritmo viajero, me volví más consciente del dinero al viajar; de las comodidades que éste ofrece. Realizaba viajes más cortos, dentro de mi país. Dejé de documentar mis viajes y poco a poco fui apagando ese lado aventurero que había en mí. Empecé a ser más cautelosa, planificadora y un tanto insegura. De cierta forma, había decidido seguir el camino de una vida sedentaria donde viajaba cada vez que podía tomar vacaciones y sin tanta incertidumbre. Como si ambos mundos tuvieran que estar separados y tuviera que decidirme por uno de ellos.


No me dí cuenta de cómo había cambiado mi forma de viajar hasta que, por azares del destino me ví envuelta en un viaje en solitario a Canadá. Tuve que organizar en menos de dos semanas un itinerario para explorar un país cuyo boleto de avión había comprado dos meses antes. Fue muy divertido; pasar mis horas libres buscando sugerencias de qué hacer en Canadá; buscar hosedaje con amigos y desconocidos de Couchsurfing y BeWelcome. Armar un plan de viaje contemplando mis tiempos de trabajo. Fue en este viaje dónde me dí cuenta de que ambos mundos (el viajero y el sedentario) podían coexistir. Y volví a sentir ese espíritu viajero; volví a tener ganas de viajar sola; de explorar y ser espontánea.


Ahora heme aquí; escribiendo sobre lo que me trajo a este momento: un interés por seguir viajando y compartiendo mis experiencias. Por aquellos mensajes y pláticas de amigos, familia y desconocidos que se sienten motivados con mis historias; que me han acompañado a través de mis relatos; que han usado mis experiencias para viajar de una u otra forma.


Y es así como doy inicio a este espacio; un lugar que iré creando y compartiendo con ustedes. Este proyecto personal que espero llegue a muchas personas; y sino, al menos sabré que pude hacer lo más difícil: iniciarlo.




12 views0 comments

Recent Posts

See All
bottom of page