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  • Writer's pictureGabriela Velazquez

Planeando el siguiente viaje


Hoy les quiero contar un poco de mi proceso de planeación. Realmente es un poco libre, algo que he aprendido de los viajes es que el mejor plan es no tener plan. Y aunque esto es cierto en muchos casos; hay veces que si se debe saber al menos lo que se va a hacer. Un ejemplo de esto es mi más reciente viaje a Canadá. No les voy a mentir, ¡me encantó! Pero siento que pude haberlo planeado mejor y haber hecho mucho más.

Pues empezando por el principio, cómo dirían... Lo principal es elegir un destino y fecha; no es necesario tener el destino al 100 ni la fecha exacta. Yo, normalmente, pienso en qué quiero ver y cuál podría ser la mejor época del año para hacerlo. Otra opción es pensar en una época para hacer alguna actividad. Por ejemplo, yo en este momento estoy pensando en pasar Día de Muertos en algún lugar padre: Oaxaca.

Teniendo el destino y la fecha, empiezo a buscar opciones de transporte. Evaluar cuál es la mejor forma de llegar a mi destino. Ciertamente, una de las cosas que influye en esto es el punto de partida. Hay viajes, por ejemplo un viaje a Europa, que conviene viajar antes a otra ciudad y de ahí tomar un vuelo barato al destino. Esto es especialmente bueno si encuentras una super promo y tienes mucho tiempo libre para pasar en ruta. Pero si tienen poco tiempo, no siempre es tan buena idea especialmente si luego tienen que pagar hospedaje, comidas y transporte en la ciudad.

Hay diferentes métodos de viaje: por cielo, mar y tierra. Les iré contando más de cada uno de los métodos que yo he usado o he escuchado más adelante. Por ahora, solo les diré que he viajado de múltiples formas: avión, camión, coche, ferry, y tren (este último fue en Europa).

Al elegir la forma de pagar, me fijo también en los horarios. Si el destino es un lugar nuevo para mí, prefiero llegar de día; de esta forma hay luz para que me pueda ubicar con mayor facilidad en el lugar. También esto ayuda a que uno pueda moverse en transporte público; y de esta forma no andar gastando tanto en Uber/Didi/Taxi.

Otra opción que puede interesarme es viajar de noche y llegar de madrugada. No siempre es una gran opción; no todos los transportes son cómodos. Pero si encuentran un camión cómodo, se los recomiendo ampliamente. Cuando viajé por Europa, viajamos en un tren nocturno y de esta forma nos ahorramos un hospedaje a cambio de un transporte.

De ahí, empiezo a planear los lugares que visitaré una vez llegue a mi destino. Investigo qué hay que hacer en la ciudad y fuera de. También cuál es la mejor forma de moverme. En México es un poco difícil encontrar la forma de moverse en transporte público, pero afortunadamente las personas siempre son muy amables y siempre podrás encontrar alguien que te señale el camino. Solamente que mi recomendación es que si estás en un pueblo, pidas indicaciones a más de una persona pues a veces no son tan ubicados dentro de su espacio.

Acá viene la parte divertida; o la parte que más me gusta: ¡el desorden! Y como les dije, para mí, el mejor plan es no tener plan. Hace mucho tiempo si era de las personas que podía armarse un itinerario de todas las cosas que quería visitar, a qué hora me iba a levantar, desayunar. Creo que no tenía horario para ir al baño porque ya habría sido demasiado. Sin embargo, tener que cumplir con ciertos horarios en mi tiempo de vacaciones me agobiaba mucho. Fue por eso que decidí ser más relajada y dejarme llevar por el día. También muchas veces, por más que planees, el universo conspira para que no vayas a ir a algunos lugares que te pudieron haber interesado. Puede que haya algún bloqueo para llegar, que ese día llueva o simplemente estabas muy cansado del día anterior y no te despertaste a tiempo. Es por esto que mi lema es "el mejor plan es no tener plan".

Hace unos meses, hablaba de esto con una chica que conocí viajando. Ella hizo alusión a las veces que vas manejando rumbo a cierto lugar, pero la ruta de siempre está cerrada y tienes que desviarte. O tal vez es un lugar desconocido y tomas un camino que no era y te pierdes. Pero al final, descubres una nueva ruta, o algo que no tenías contemplado visitar antes; y lo disfrutas mil veces más que el plan original.

Principalmente la idea de que sin plan es mejor va más enfocado a "no te cases con un plan". Si algo no funciona, es por algo. Es mejor relajarse y dejarse llevar.

También hay veces donde si es bueno planear. Por ejemplo, si vas a Nueva York y no planeas con tiempo, no podrás subirte a la Estatua de la Libertad porque se llenan los espacios. Pero esas son las excepciones; y con esas excepciones hay que procurar no planear nada más ese mismo día por cualquier cosa y para tratar de cumplir con ese plan.

Con todo eso en mente, me siento frente a la computadora y empiezo a crear un borrador de mi viaje. Ir planeando la ruta tentativa, con la idea y la flexibilidad de que esta puede cambiar. Este es mi proceso, es lo que he hecho para planear mis últimos viajes y me ha servido mucho. Espero que algo de lo que está aquí escrito te ayude a planear tu siguiente viaje.


Igual me dará gusto leer tu comentario de qué es lo que haces tu para planear tu siguiente aventura.

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